En mi experiencia, mientras mejor suena una guitarra no amplificada, peor suena al enchufarla a un amplificador. Guitarras que acústicamente parecen cantar (sobre todo guitarras con micrófonos flotantes) resultan ser un acople constante al tocar a volumenes altos arriba del escenario. Si tocás con una guitarra de caja, sabés a lo que me refiero.
Estuve años lidiando con el problema y probando alternativas con resultados parciales: tapar las “efes” con cinta, hacer “tapa-efes” de espuma de alta densidad, etc. Nada funcionaba bien pero ahora encontré aquello que ya quisiera haber conocido en aquellas épocas en las que solo tenía una guitarra archtop pero tocaba en conciertos de mucho volumen.
Agarrás un globo. Lo ponés adentro de la guitarra. Inflás el globo. El globo inflado presiona la tapa superior e inferior y por lo tanto impide gran parte de la resonancia. De más esta decir que esto es matar a la guitarra desde el punto acústico, pero es una buena manera de llevar una guitarra de jazz al mundo del rock.
Pero el secreto no es el globo. El secreto es cómo sacarlo una vez que el bajo eléctrico ya apagó su armario Ampeg.
Una vez que el globo está inflado dentro de la guitarra, pasando los dedos a través de la “efe” se le puede pegar un pequeño trozo de cinta de papel. Eso garantiza que no haya ningún tipo de explosión violenta -que podría dañar el interior de la guitarra- al pinchar el globo sobre esa cinta. Ojo, hay que pinchar sobre la cinta; es decir, el alfiler va en la cinta y no directamente sobre el globo.
Por supuesto, harías bien en tener siempre una Telecaster para estas situaciones pero, si ese no es el caso, ahora hay más de una razón para llevar un globo a un recital.