Yo estaba en Londres, esperando en la calle antes de un concierto de Jim a dúo con Dave Holland. Veo a Jim bajar del taxi, y caminar hacia el teatro. Nunca antes nos habíamos visto, por lo que me presento diciendo “hola, soy Pedro y vine desde Argentina a conocerte”. Le regalo una remera de la selección Argentina, sabiendo que él tiene cariño por este país (de hecho vivío unos meses en Buenos Aires en el 58, aproximadamente). Hablamos brevemente y camino con él para ir juntos a la prueba de sonido.
Estamos bajando en un ascensor hacia los camarines, y le digo “no puedo creer estar acá con vos”. El me responde “sí, te entiendo… pero, sabés a quién conocí yo?”. Jim conoció a absolutamente todas las figuras del jazz, así que un tanto perplejo le digo “no, a quién?”. Me mira serio y me dice “yo conocí a Pichuco”.
Que haya elegido nombrar a Anibal Troilo, en medio de esa bizarra y mágica situación, es entonces la primera parte de esta serie de anécdotas de Jim Hall que quiero compartir con ustedes.
Un abrazo!