Estábamos, si recuerdo bien, en Murnau (al sur de Munich, Alemania). Durante las giras Jim únicamente tocaba en las pruebas de sonido y los conciertos. Lo sé porque hice algunos tramos del viaje en la camioneta que llevaba los instrumentos, mientras Jim y la banda se movían en avión. Eso significa que su guitarra Sadowsky, bien protegida en el flightcase marca Calton, viajaba a metros mío.
Resulta entonces que era la prueba de sonido, y Jim aprovecha para ponerse a calentar antes del concierto. Estaba absolutamente concentrado, arriba del escenario tocando una música maravillosa, aprovechando los pocos minutos disponibles para prepararse antes de tocar. En ese momento un asistente sube al escenario para acomodar un pie de micrófono y, apenas ve esto, Jim para de tocar, se acerca al asistente y le estrecha la mano mientras dice “hola, yo soy Jim, un gusto conocerte”.
Que haya decidido saludar a un completo desconocido en vez de seguir haciendo su “calentamiento”, es entonces la quinta parte parte de esta serie de anécdotas con Jim Hall.